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miércoles, 10 de abril de 2013

Leyendo las etiquetas: Hoy un clásico - BABY DOLL



Esta golosina clásica no tiene ningún ingrediente de origen animal!

Pero OJO! Aquí una breve explicación de los efectos de los colorantes utilizados.


Rojo de Alura: en algunos países europeos fue retirado de las golosinas infantiles. Se lo vincula con reacciones alérgicas y en grandes dosis con el cáncer de vejiga.

Azul Brillante: Este colorante no es absorbido por el tracto intestinal y puede encontrarse tiñendo las heces de color verde (debido a la reacción que tiene con algunos ácidos biliares). En grandes concentraciones puede acumularse en los riñones y vasos linfáticos. Puede causar hiperactividad, asma, urticaria e insomnio. Podría ser cancerígeno.

Tartrazina : En la etiqueta de muchos alimentos encontramos que aclaran mas allá de nombrarlo en la lista de ingredientes "contiene tartrazina".  
Se sabe que la tartrazina es uno de los principales culpables en la hiperactividad en los niños, ya que es el colorante de tono rojo amarillento más utilizado en jugos artificiales, gelatinas, bebidas gaseosas, conservas y caramelos. Esta sustancia afecta directamente a la conducta de los niños por dos mecanismos, genera una reacción pseudo-alérgica en el organismo y la consecuente liberación de histamina la cual es un compuesto presente en todas las células del organismo y, en una situación normal, es liberada como respuesta del sistema inmunológico ante una inflamación o una alergia. Pero, cuando la tartrazina llega al torrente sanguíneo afecta directamente a las células para que liberen histamina sin activar al sistema inmune. Por ello, no se manifiestan los síntomas propios de la alergia como dilatación de capilares, baja en la presión sanguínea, incremento en la secreción de jugos gástricos y picazón. Pero sí se evidencian cambios anímicos, irritabilidad, insomnio y ansiedad en los niños. Simultáneamente, la tartrazina actúa en el cerebro alterando los espacios sinápticos (donde se efectúa el intercambio de información entre una neurona y otra), lo que lleva a síntomas similares: falta de concentración, somnolencia e hiperactividad. Es decir, todo el cuadro de un síndrome de déficit atencional y puede además asociarse a cefaleas.


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